Es cierto que hacerse mayor tiene sus cosas buenas, pero envejecer, cuando ya empiezas a sentirte un estorbo para todas las personas que te rodean, ya que tienen que estar pendiente de ti... Es lo más triste que hay en este mundo.
No sé como tiene que sentir la impotencia de no poder hacer ningún esfuerzo con la facilidad que se hacía antes, que un día podías hacerlo, pero que ahora, sucumbiendo ante la realidad, no puedas, por mucho que quieras.
O por ejemplo, pasear por un parque, donde todos los niños juegan y corren, despreocupados y sin pensar en la vejez, algo a lo que estas emprendiendo un camino y que no tiene otro freno excepto uno, la muerte.
Y no me refiero solamente a forma física, si no a forma psíquica, la capacidad de la mente y el celebro, que se va agotando con los años hasta que un día, se apaga, simple y llanamente, así de fácil y así de triste. Y no queda otro consuelo que decir.. ¿Así es la vida, no?
Marcos García.
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